Julie Pichavant (Francia) / Itzhel Razo / Valentina Sierra / Mariana Giménez Videla
CICLO VI
DRAMATURGIA Y CREACIÓN ESCÉNICA CONTEMPORÁNEA ESCRITA Y DIRIGIDA POR MUJERES (2021)
En Este VI Ciclo apostamos por profundizar más en los procesos, las investigación y el riesgo de generar y crear en escena con lo que no siempre querremos enfrentar y nombrar, pero también con la soledad de la que partimos, acompañadas esta vez, con la presencia de una invitada de Francia que fungió como dramaturgista de estos procesos, encaminándonos a ejercer el título de creadoras escénicas en el amplio sentido de la palabra.
El tema de ese año fue “Resistencia”, porque si el encierro y la incertidumbre se manifiestan últimamente como una presencia irrevocable, entonces el arte tiene que refrendar su presencia como un juego que interrumpe el lenguaje que ordena y controla.
“Sólo como fenómeno estético están eternamente justificados la existencia y el mundo”
Nietzsche
Nos enfocamos en los procesos personales de las creadoras, en su actividad inicial que detona su creación y seguimos su proceso, su conciencia de lo que aún no nombran, porque aún no tienen las palabras para nombrarlo y continuamos acompañándolas, observando y comentando entre todas las que integran el Ciclo, la manera en que acceden a un lenguaje propio y las formas tan diversas con las que juegan con la palabra para hablar de su propia resistencia. Resistencia a través de la risa, de la soledad, de la violencia y del silencio que provocan los secretos que se convierten en innombrables porque pueden alterar una realidad que nos compramos porque así creemos que estamos mejor.
“Todo acto de resistencia no es una obra de arte, aunque en cierto modo lo sea. Toda obra de arte no es un acto de resistencia y, sin embargo, en cierto modo, lo es”
- Gilles Deleuze-
Este Ciclo fue una oportunidad para recorrer con ellas sus paisajes. Un tiempo para alejarse del rumor del mundo y vivir el encuentro como un acto poético que invita a contestar nuestros horizontes, y finalmente, encontrarnos, nuevamente en presencia de un espacio que nos permitió reunirnos con el público en El Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque INBAL.
TESTIMONIOS
ALEJANDRA CHACÓN
La resistencia como tema fue la provocación que Carmen Ramos, Lydia Margules y Julie Pichavant nos lanzaron para el sexto ciclo del encuentro en 2021. En el contexto de pandemia por el que atravesamos las preguntas surgieron como el virus mismo: ¿cómo hemos resistido estos años en los que la vida se vio amenazada?, ¿qué estrategias fueron efectivas para soportar el confinamiento?, ¿cómo resistimos la falta de contacto con la gente amada?, ¿es acaso esto el principio del fin? Después de año y medio de pandemia, varias de estas preguntas encontraron respuestas en las experiencias personales de lo que no pudo resistir, que se perdió en este giro inesperado en la historia de humanidad, de aquellos a los que no pudimos volver a abrazar. Resistir la perdida, sí, pero ¿cómo? Para mí la resistencia implica paciencia, aceptación, llanto, creatividad y sin duda alguna, requiere de humor. La risa como resistencia, como cambio de perspectiva, como carcajada oportuna para canalizar la desesperación y el terror. Así fue como nació Magda Cerdeña, la prestigiosa científica experta en ratas y su famosa bebida el Ratatonic y quien, en soledad, espera el fin del mundo encerrada en el bunker de su jardín. A la exdirectora de Raticide Company, la atormentan fantasmas culposos que le recuerdan su responsabilidad en varios desastres medioambientales y dialoga con la actriz que habla de la ansiedad inevitable que le implica la creación, de su afán por buscar el humor sin perder profundidad, de ensayos virtuales extraños donde era difuso hacia donde iba, del fantasma que me murmuraba al oído más de lo necesario “no, no va a funcionar”. ¡Buscaba el humor, pero sufría intensamente! Pero tal vez y gracias precisamente a eso, durante la presentación final la alquimia apocalíptica sucedió y las penas profundas de la villana y su creadora se amalgamaron por fin, trasmutaron para provocarle al espectador más de una sonora risotada. Chorritos de ginebra y agua quina fueron necesarios, se agregaron piscas de especias exóticas, el ingrediente secreto del Ratatonic no pudo faltar, pero sobre todo las palabras de la entrañable Julie quien no dejó de creer en esto un solo instante y así, poco a poco, a cada risa del público mi cuerpo se suavizaba, mi respiración se expandía y de pronto el abismo ya no era tan amenazante. ¡Salud!
Opinión: Un espacio único en donde se pone atención al proceso, se trata de hablar de aquello que queda invisible y después se olvida cuando el espectáculo está terminado. Para fue mí un empujón para saltar, confrontar, valorar, reflexionar y reír. Un espacio generoso en el que se me acompañó hasta el final. Transité por este proceso de la mano de Julie quien estaba lista siempre para acompasar, sugerir, desarrollar, presionar, acoger, pero sobre todo para reír, reír mucho. Un gozo que, aunque doloroso en mi caso, me deja una semilla madura, lista para seguir desarrollando. Ojalá hubiera espacios así todo el tiempo, ojalá fuera más fácil acompañarnos. ¡Larga vida a este ciclo! ¡Mil gracias Carmen, Lydia, y Julie!
ITZHEL RAZO
Participar en el Ciclo de dramaturgia Escrita y dirigida por Mujeres que dirige y coordina Carmen Ramos, presentó un reto importante en mi carrera. En principio porque entrar en un laboratorio a partir de un tema (que en nuestro caso fue la resistencia) me confrontó con la fragilidad, con la hoja en blanco. ¿Qué es lo que quiero contar? ¿Qué me dice a mí la palabra resistencia? Y así acompañada de nuestra dramaturgista Julie Pichavant me dispuse a abrirme al proceso. Lo que descubrí me sorprendió, creo que no imaginaba encontrar en la palabra RESISTENCIA, mi propia resistencia a descubrir los secretos de mi pasado, mi propia resistencia a abrir heridas viejas, a encontrar los bosquejos de una obra a la que después titularía I LOVE PAPI.
Nunca había sido acompañada ni acompañante de los procesos de otras, fue una experiencia única adentrarme en la creación femenina, la creación vaginal. Acompañar a mis colegas artistas en su viaje a atravesar sus propias resistencias. Un ciclo de puras mujeres creadoras y potentes es una bomba en el tiempo, agradezco infinitamente haber sido parte de este ciclo, y dejar una pequeña huella en el arte femenino. Junio 2022.
MARIANA GIMÉNEZ VIDELA
Este proyecto fue una experiencia única, tanto artística como humana. El laboratorio y el trabajo colaborativo son líneas fundamentales de mi trabajo personal. Cuando Carmen Ramos y Lydia Margules me invitaron a participar en el VI Encuentro de Dramaturgia Contemporánea Escrita y Dirigida por Mujeres sentí que aquella era una provocación providencial, de modo que solicité a la CNT que se me comisionara para llevar a cabo la residencia. El tema fue la resistencia, y fuimos convocadas cuatro creadoras: Ithzel Razo, Alejandra Chacón, Valentina Sierra y yo. Mi propuesta consistía en generar encuentros basados en la imposibilidad, en vértices liminales vida-muerte. En un principio partí de líneas de ficción basadas en encuentros imaginados, pero en el transcurso del trabajo en residencia, tanto Julie como Carmen me llevaron a sondear experiencias autobiográficas que detonaran esa revelación de la imposibilidad como acto de resistencia. Llevo muchos años como docente y directora de escena explorando herramientas basadas en lo biográfico, pero nunca lo había experimentado como actriz. De modo que surgió Estas botas están hechas para correr, una mirada intima sobre el instinto de supervivencia y el vínculo imaginado como acto de resistencia ante la soledad de la muerte. Un accidente y la posterior convalecencia provocan un vértice liminal donde la vida y la muerte se encuentran a través del dolor, la paciencia, el juego, la dulce compañía y la hospitalidad amorosa. Acompañó este viaje escénico un libro providencial (Elogio del riesgo, de Anne Dufourmantelle), que se convirtió en oráculo y llave maestra para descifrar el misterio de la propia existencia. La experiencia personal se multiplicó con la de las otras actrices; sus miradas aportaban frescura y riqueza en nuestros encuentros porque todas sentíamos, de alguna manera, que habíamos sido orilladas a un territorio desconocido. Pasábamos del asombro y el gozo creativo al terror de no saber qué íbamos a hacer, y esa sensación nos hermanaba. Carmen tiene la fuerza y el talento como artista escénica para generar un ciclo como este, para mantenerlo y hacerlo crecer, gracias a su empeño, visión y enorme capacidad de trabajo. Julie es una creadora excepcional, posee gran sensibilidad, intuición, mirada de mundo, delirio creativo y, sobre todo, abundante generosidad para acompañar a otra creadora a lo largo de un proceso. Ambas fueron cómplices para conducirme hacia el lugar más interesante y sorpresivo. Todo fue mediante sesiones de Zoom, ya que Julie se encontraba en Francia, país donde reside, aunque viaja constantemente debido a la naturaleza de su trabajo. En un laboratorio todo se pone en crisis, pues se trata de explorar lo desconocido: para encontrar hay que perderse primero. Lo excepcional del proceso con Julie fue la forma tan profunda y honesta con la que me guiaba. Fue una experiencia sorprendente y paradójica, ya que nuestro vinculo era virtual, pero ella ponía en ese acompañamiento el cuerpo y el corazón. Posteriormente, cuando el texto estuvo acabado, comenzaron los ensayos del work in progress, primero en el salón de ensayos de la CNT, y luego en el Teatro El Granero. A pesar de que los tiempos estuvieron acotados, creo que resultaron sesiones de gran riqueza artística y sinergia creativa. La única presentación fue de las experiencias más conmovedoras de mi carrera, como un sueño y un milagro: la catarsis con el público presente, la fluidez de las imágenes, lo conmovedor de cada cuadro... Ese día llegó por sorpresa Julie desde Francia para asistir a la función y al posterior coloquio. La emoción de encontrarnos después de tantas semanas de trabajo virtual fue tan grande como la de habitar el escenario de El Granero, tan amado y fundamental para mi carrera como actriz y directora de escena. Los miembros del equipo de trabajo que me acompañó en este proceso fueron cómplices fundamentales. Además de la colaboración con mi compañero músico Edwin Tovar, en el diseño sonoro, los demás creativos fueron convocados fuera de la CNT. El equipo estaba formado por Luis Arturo Rodríguez en el movimiento escénico, Alejandra Robles en la producción ejecutiva, Héctor Iván González en la asistencia de dirección, Patricia Gutiérrez en la escenografía e iluminación, Adrián Aguirre en la asesoría de danza. Con ellas y ellos trabajé de manera intensa, creativa y colaborativa. Lo explorado, aprendido y experimentado durante esta residencia fue mucho y muy enriquecedor, y aún sigo procesando este viaje de acompañamiento femenino y artístico tan poderoso. Ciudad de Meìxico, 8 de agosto de 2022.
SEMBLANZAS
ALEJANDRA CHACÓN Actriz, directora y docente. Egresada de la carrera de actuacioìn del Centro Universitario de Teatro de la UNAM se ha desempenÞando como actriz profesional desde 2002. En 2006 ingresa a la companÞiìa Tapioca Inn, donde participa en montajes como Litoral, Desorden Puìblico e Incendios. Debido a la gran aceptacioìn de esta uìltima por parte del puìblico y de la prensa especializada, la companÞiìa realiza varias temporadas en la Ciudad de México y viaja para presentarse en diferentes festivales internacionales. En 2011 recibe el apoyo del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, FONCA, para dirigir El Plan Americano de Eìvelyne de la ChenelieÌre. En 2015 recibe la Beca de Estudios en el Extranjero por parte de la misma institución para realizar estudios de Maestría en Dirección de Movimiento para Actores en la Royal Central School of Speech and Drama, en la ciudad de Londres. Como parte de su proyecto de investigación de tesis escribe y dirige The Journey of a Body (Un Cuerpo en Travesiìa), unipersonal de teatro fiìsico que se estrena dentro del marco del Camden Fringe Festival en Londres en 2017, y en 2022 realiza una temporada en el teatro El Granero del CCB.
ITZHEL RAZO Directora, dramaturga, actriz y gestora cultural. Nació en CDMX el 11 de diciembre de 1990. Estudió Literatura Dramática y Teatro de la UNAM con especialización en dirección escénica. Se certificó en danza contemporánea por el Centro Nacional de Danza Contemporánea (CENADAC). En 2015 estudió en el departamento de Performing Arts and Film de la prestigiosa Universidad de Dankook en Corea del Sur, especializándose en Teatro, Cine y Fotografía. En 2018 fue beneficiaria de la beca de Arte y Cultura otorgada por el Ministerio de Relaciones Internacionales del gobierno de Indonesia estudiando música, danza y teatro de sombras Indonés. Como autora y directora a través de la fundación en el 2014 de la compañía interdisciplinaria Porta Teatro, montó Psicosis basado en el texto de Sarah Kane (2014, 2015), adaptó y codirigió junto a David Hevia Luluì, El Espíritu de la Tierra (2016-2017). Escribe y dirige el unipersonal Wilma (2019-2021), mismo que ha sido programado en diversos festivales nacionales como: Festival de Monólogos "Teatro a una Sola Voz (2020-2021)", Festival “Es Tiempo de Mujeres” y el IX Encuentro de artes escénicas ENARTES 2020. Fue nominada como finalista a mejor dirección en el Festival de Teatro Universitario FITU 2015 con la obra El Enemigo del Pueblo. Su más reciente creación fue el unipersonal I Love Papi mismo que fue coproducido por el INBAL en el Ciclo de Dramaturgia Escrita y Dirigida por mujeres 2021. Así mismo dirigió el unipersonal A dónde van los icebergs cuando se desprenden proyecto beneficiado por creadores escénicas categoría B 2020-2021. Como gestora y promotora cultural es fundadora y coordinadora general de la editorial Ediciones Ambulantes y del Ciclo de Artes Vivas Dramaturgias Ambulantes beneficiario del programa Fomento a proyectos y coinversiones culturales del (SACPC) que actualmente va en su 5ta. Edición (2017- 2022) y codirige la Asociación Civil Sobre la Tierra está el Lago, dedicada a la investigación, promoción, producción y enseñanza de las artes escénicas.
MARIANA GIMÉNEZ VIDELA Actriz, directora y docente de teatro. Estudió actuación en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga y Perfeccionamiento Actoral con Raúl Quintanilla en La Casa del Teatro. Participa como actriz en más de sesenta puestas en escena, bajo la dirección de Daniel Giménez Cacho, David Olguín, Martín Acosta, Mauricio García Lozano, Luis de Tavira, Laura Uribe, Sandra Félix, Aurora Cano, Alonso Iñiguez y Diego Álvarez Robledo, entre otros. En 2009 formó parte del elenco estable de la compañía El Milagro y desde 2010 del Elenco Estable de la Compañía Nacional de Teatro. Como directora destacan sus puestas en escena de La paz perpetua de Juan Mayorga en la CNTeatro, Nada y Todo, adaptaciones teatrales de los originales de Jane Teller y La guerra fría de Juan Villoro. Como maestra imparte clases de Actuación, talleres y seminarios en Casazul, La casa del Teatro, CCA de Durango, El Conservatorio y la ENAT. Participa en Resistencia con la pieza Estas botas están hechas para correr dentro del 6 encuentro del Ciclo de Dramaturgia Femenina escrita y dirigida por mujeres, que se presentó en el Teatro El Granero el 9 de septiembre de 2021.